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..................................... En 1991 o principios de 1992
(no recuerdo bien), cuando ejercía el cargo de Director General del
desaparecido INRENARE, se intentó sorpresivamente conectar, mediante una
carretera, las comunidades de Boquete y Volcán a través del Parque Nacional
Volcán Barú, con equipo y cuadrillas del Ministerio de Obras Públicas (MOP). El intento recibió la
repulsa general y consciente de mi responsabilidad al frente de la entidad
protectora de los recursos naturales y la ecología, di la orden de detener
esos trabajos. En esas circunstancias,
llegó a mi despacho un alto funcionario del gobierno de la época, que sigue
siendo influyente en el actual, para pedirme que no me opusiera, pues con esa
carretera se beneficiaba una finca de su propiedad, colindante con el Parque.
No acepté su reprobable solicitud y el proyecto feneció en esa oportunidad. Parece que el indicado
ciudadano y quizá otros que, me temo, tienen interés en apropiarse de tierras
en ese lugar, o de la riqueza natural del parque, vuelven a la carga, a pesar
de los compromisos internacionales que tiene nuestro país de conservar este
santuario de la naturaleza, con un proyecto que ahora llaman "Camino
Ecológico", que abriría la vía a la depredación y la destrucción de esta
reserva biológica. El miércoles 12 de
marzo, en la noche, en el programa televisado "Otro Enfoque" del
Canal 5, se presentaron los señores Quirós, Ministro de Obras Públicas;
Pinzón, Viceministro de Salud; Anguizola, Director General de la ANAM y un
ingeniero agrónomo de apellido Cruz que se identificó como boqueteño, conocedor
de la materia, para defender este proyecto con argumentos deleznables y
algunos hasta contradictorios. Comprendan, amigos
lectores, que parajes naturales tan únicos como los que forman este parque o
reserva natural, tienen un valor incalculable para las presentes y futuras
generaciones. Aparte de contribuir con la depuración y oxigenación del
ambiente circundante y la moderación de la temperatura primaveral de esa
zona, en sus especies vegetales, muchas de ellas desconocidas aún, podría estar la cura de enfermedades mortales o
incurables. Pongo como ejemplo de
los aportes de la flora salvaje protegida, las especies Uncaria y Morinda
correspondientes a la "Uña de Gato" y al "None" tan
popularizados y tan valiosos para la salud, en los últimos años. ¿Por qué no
podríamos pensar que entre la población vegetal del Parque Nacional Volcán
Barú, en peligro de extinción por los efectos de este proyecto, pudiera estar
la cura del cáncer, el SIDA, el alzheimer o la lepra? Por otra parte, y de
mucho interés para los ribereños de los ríos de Boquete y Volcán, no se
pierda de vista que de las estribaciones del Volcán, dentro del parque nacen
cuatro de los más importantes ríos chiricanos: Caldera, Chico, David y
Chiriquí Viejo y que la destrucción de este macizo boscoso cambiaría
totalmente el régimen fluvial de estas fuentes de agua, produciendo mayores
inundaciones catastróficas que las ocurridas hasta ahora en la época de
lluvias y graves estiajes (falta de suficiente agua en los ríos) en la época
que llamamos de verano. La conexión entre
Boquete y Volcán podría tener algún beneficio social y comercial (aunque no
creo que mucho) si se pudiera garantizar que por ninguna circunstancia
transitará por ese camino equipo vehicular pesado y se impidiera, con toda
seguridad, la glotonería de cazadores y pescadores furtivos, las extracciones
ilegales e incontroladas de maderas y otros productos vegetales con la
consiguiente destrucción de bosque y la geofagia de la que la historia rural
panameña está tan nutrida. Pero, es impensable, por
más que los interesados del gobierno y algunos terratenientes locales así lo
aseguren, que tales controles estrictos se lograrían, como nunca se han
conseguido, a cabalidad, en otros bosques panameños ya destruidos y
aniquilados. Como parece que el camino ecológico se llevará adelante a "sangre y fuego", yo le recomendaría a los boqueteños y volcaneños que erijan un monumento o coloquen un gran letrero en forma inamovible en el Parque con los nombres de los altos funcionarios públicos y terratenientes que intentan imponernos este nefasto proyecto, incluyendo al Director General de la ANAM, para que hoy los alaben algunos, si fuera el caso, pero que mañana les reclamen, los juzguen y los condenen las actuales y futuras generaciones por la depredación, el desbalance ecológico y pérdida de la rica biodiversidad que se habrá provocado en la más hermosa y paradisíaca región de Chiriquí y quizá, de todo el país. |
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