11 de
Noviembre de 2003
MANIFESTACIONES
Si las autoridades
del Gobierno Nacional se hubieran conducido en la capital y el resto del país
con la misma torpeza como lo hicieron el domingo pasado en Cerro Punta, Tierras
Altas, a la entrada al Camino Ecológico, ya estaríamos en otra Guerra de los
Mil Días, cuya terminación celebramos con el Centenario de la República. Porque
fue una clásica muestra de intolerancia aupada por el oficialismo.
INTOLERANCIA
Si los ambientalistas
que se oponen al llamado Camino Ecológico que unirá a Cerro Punta con Boquete
por el Sendero de los Quetzales, a través del Parque Nacional Volcán Barú, no fueran gente pacífica, a estas horas estaríamos
lamentando víctimas. Porque era su derecho constitucional protestar y transitar
por la vía, sin que nadie se lo impidiera, no importa que fueran o no
residentes del lugar, porque la ley no distingue.
DERECHOS
Eso se llama
libertad de tránsito, de reunión, de manifestación y libertad de expresión; y
tienen categoría de derecho humano, superior al Estado. Cierto que igual cabe a
quienes favorecen el proyecto; pero para eso están las autoridades, para
garantizar que unos ejerzan su derecho, sin interferir al de los demás; y no
para favorecer a unos y reprimirlo a otros. Las autoridades están instituidas
para cumplir y hacer cumplir la Ley. ¿O no?