Tribu colombiana lucha contra extinción

 


Grupos nativos dicen que los dólares no compensan por cultura desarraigada.

 

 

Indios de Emberá- Katio ocupan los terrenos del ministerio del ambiente en Bogotá

Por Sibylla Brodzinsky
ESPECIAL PARA MSNBC

BOGOTA, Colombia, Ene. 21 — Con cada tonelada de concreto vertidos para contener el Río Sinú en el noreste de Colombia, los indios Emberá-Katio observan como otro fragmento de su frágil cultura desaparece. El río en la provincia de Córdoba es pieza central para la forma de vida de los 2,400 Emberas quienes viven en chozas de zancos en sus riberas. Allí es donde conseguían su alimento, su medio principal de transporte y constituye la espina dorsal de su cultura.

‘Los Indios no somos ciegos, ni nos oponemos al desarrollo sino al desarrollo a ciegas.’
PANCARTA DENTRO DEL CAMPAMENTO EMBERA-KATIO

       ENFRENTADOS CON la construcción de un proyecto hidroeléctrico propiedad del gobierno el cuál alterará el río e inundará sus tierras, algunos 170 Emberas han ocupado los jardines del Ministerio del Ambiente en Bogotá desde el 17 de diciembre. Su demanda: que el gobierno considere ofertas para mitigar el impacto del proyecto en sus vidas.
       Los activistas dicen que es la propia supervivencia de su cultura la que está en juego. El gobierno dice que Colombia necesita los 340 megavatios de energía que la planta generaría para resolver crecientes demandas energéticas. En la lucha entre opositores y autores del proyecto, decenas de millones de dólares están en juego, y alguna personas ya han pagado por la causa con sus vidas.
       El proyecto de la Urra ha sido polémico desde que comenzaran los trabajos iniciales en 1993. Los Emberá obtuvieron un fallo de la corte constitucional contra el proyecto en 1998, hasta tanto la Urra alcanzaran un acuerdo con los Emberá sobre mitagar los efectos de la presa y planta eléctrica sobre sus forma de vida.
       La Urra sí llegó a alcanzar un acuerdo el año pasado con una reducida facción de las 20 comunidades las cuales componen a la gente de Emberá-Katio. La Urra les ofrecía unas 32,000 acres (12,950 hectáreas) de tierras cercanas para compensar por el territorio inundado de los Emberá, un estipendio mensual alrededor de $23 por mes por persona durante los 20 años próximos y el pago de $31.000 al año a la comunidad en su totalidad por el proyecto de desarrollo durante los próximos 50 años.

'Nunca hemos vivido con el dinero. El dinero es como las aguas del río Sinu, se escurre a través de los dedos'
KIMY PERNIA
Dirigente Embera

EFECTIVO NO ES SUFICIENTE
       Pero un grupo de indios Emberá-Katio han rechazado el ofrecimiento de la Urra. Llegaron provenientes de los cálidos bosques lluviosos, desde sus tierras ancestrales hasta la fría capital de Colombia a mediados de diciembre. E instalaron un campamento de coloridas carpas y de hamacas frente al Ministerio del Ambiente, el cuál le había otorgado a Urra SA empresa constructora propiedad del gobierno, licencia para represar el río. Una pancarta enarbolada en el campamento declaraba: los " indios no estamos ciegos ni nos oponemos al desarrollo, sino al desarrollo a ciegas."
       El grupo dice representar a la mayor parte de la tribu indígena y rechaza el propuesto plan de compensación de la Urra. Exigen el doble de tierras ofrecidas por Urra y quieren que la compañía le dedique un porcentaje de sus ingresos a los proyectos a largo plazo de la comunidad. Los Emberá dicen no estar interesados en dávidas.
       "Nunca hemos vivido con el dinero. El dinero es como las aguas del río Sinu, se escurre a través de los dedos," dijo Kimy Pernia un dirigente Embera rodeado por los niños en el campamento." me duele ver que algunos de nuestra gente tomen el dinero. Aunque más adelante se darán cuenta que han tomado una mala decisión cuando vean que se han vendido a la Urra, " dijo Pernia.
EL COSTO DEL CONFLICTO
       El Ministerio del Ambiente de Colombia dice que la licencia para el proyecto de $800 millones es irrevocable y después de algunos días de negociaciones con los Emberá las habían suspendidos hasta que abandonaran los terrenos del ministerio, citando motivos de salud.
       Las "negociaciones con los indios de Emberá-Katio continuarán tan pronto cuando decidan abandonar los terrenos del ministerio del ambiente," dijo el ministro Juan Mayr durante una visita a la Urra a mediados de enero.

 

Los ocupantes indígenas han asumido el control de los terrenos del ministerio para protestar la constucción prevista de una represa en sus tierras ancestrales de Tierra Alta, Córdoba.

 

 


       El encargado ambiental de la Urra Rafael Piedrahita dice que las batallas legales y arreglos con los Emberá le han agregado unos $40 millones al costo original del proyecto.
       "¿Porqué algunos de ellos han aceptado y los otros no pueden?" se pregunta Piedrahita . "¿Porqué no se pueden ir como sus demás hermanos?"
       Los Emberá ya han pagado un precio muy alto por su lucha. Los grupos paramilitares de la derecha le han dado muerte a sies Emberá -- incluyendo a su jefe espiritual Alonso Domico -- desde que comenzaron la lucha contra el proyecto, según Amnistía Internacional grupo de los derechos humanos
       Los indios que transitan el río señalan que con frecuencia son detenidos y amenazados y que sus canoas son quemadas en señal de advertencia. Varios asesores a los Emberá han recibido amenazas de muerte y al menos uno huyó del país, dice Fernando Costrillon su actual asesor.
       "Han intentado intimidarnos, matando a nuestros dirigentes," dijo Pernia. Pero tambien dijo que esto no lo detendría. "es mejor morir luchando. No puedo morir en silencio."

El RÍO QUE SUBE
       Gradualmente, las aguas del embalse del Sinu han ido subiendo, y se han aproximado más cerca a los hogares de los Emberá. En noviembre, las aguas casi habían alcanzado la choza donde vive la familia de Emiliano Domico gobernador de la comunidad, pero él se había negado en abandonarla. "eventualmente lo tendré que hacer pero quizás pueda demorarlos un poco más si podamos negociar con el gobierno, " decía él.
       El Ministro Mayr en diciembre le pidió a la Urra llenar el embalse solamente hasta los 119 metros sobre el nivel del mar para evitar inundar las chozas de los que aún tengan que evacuar. La planta hidroeléctrica requiere un nivel del agua de 128 metros (422 pies) para funcionar a plena capacidad, según la Urra.

UNA CULTURA QUE LUCHA POR SOBREVIVIR
       Incluso antes que la inundación de las 18.000 acres (7,285 hectáreas) de la reserva natural de Paramillo hubiera comenzado, la vida de la comunidad ya había cambiado drásticamente, cuando la Urra hubiera alterado el curso del río Sinu como parte del proyecto.
       Su fuente principal de alimento, un pez conocido como el "bocachico" que una vez emigraba desde la costas del Caribe hasta la cabecera del río Sinu, de hecho ha desaparecido del todo de sus aguas. "no hay nada ahora que pescar," dice Domico. "lo extraño."
       El Emberá quienes vivieron de pescado, de plátanos y manioca (harina de yuca) por cientos de años, han tenido que aprender a criar cerdos y pollos para el sustento.
       Según la leyenda Emberá, Karabagi, el creador, le dio el agua al mundo de modo que la hormiga egoísta no lo monopolizara. Karabagi hizo que el agua fluyera del árbol grande Jenene y creó los ríos Sinu, Esmeralda y Verde, en donde vive la gente de Emberá-Katio.
       Un canto Emberá lamenta la pérdida: " río, eras nuestro sendero, nuestros pies, y nos eras bueno a todos y a cada uno, estamos sufriendo hoy. Sufrimiento, que nos dejas sin nuestro sendero, nuestros pies, nuestros peces."

Sibylla Brodzinsky es periodista asignada en Colombia quien escribe para MSNBC.com.

       

Traducido por Oscar Sogandares

 

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