Domingo 1 de
febrero de 2004
CAMINO
La negativa a la
admisión de una segunda demanda contra la construcción del Camino Ecológico por
parte del magistrado Winston Spadafora,
vuelve a plantear el tema de la credibilidad y confianza ciudadana en el máximo
tribunal, lo cual es muy grave. Un país puede permitirse el zarandeo constante
de los demás poderes del Estado al fragor de las controversias políticas y
hasta dejar que algunas de sus instituciones entren en crisis.
PAZ
Para Darwin eso es
deseable, es parte del proceso de constante depuración y cambio que impulsa a
la evolución y a la historia. Quizás tenga razón, pero no nos consuela. Debemos
por tanto procurar que mientras la natural erosión tiene efecto, al menos los
jueces y el Canal funcionen bien. De lo contrario, puede generar inestabilidad
y desconfianza, que abre el camino a males peores. Por la misma razón hay que
salvaguardar la fe en el Tribunal Electoral.
FE
Podemos no dudar
que el magistrado tuvo razones jurídicas para no admitir la impugnación contra
el camino presentada por el fiscal Olmos. Pero al revisarlas, nos saltan
livianas; y es difícil superar el prejuicio por la forma como este gobierno ha
manejado sus relaciones con el máximo tribunal, de lo cual es testigo la sociedad
civil. Negarlo es tapar el sol con la mano. Recobrar la confianza ciudadana en
la administración de justicia deberá ser labor prioritaria del próximo
gobierno.
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